19 jun 2008

España logra el pleno y Rusia nos acompaña


En un choque que no pudo librarse casi en ningún momento del aroma a amistoso, España venció a Grecia en los instantes finales (2-1) y se une a Croacia y Holanda en el selecto grupo de los que lo han ganado todo. La alineación del equipo nacional, plagada de suplentes, no permite sacar demasiadas conclusiones del partido de ayer, aparte de que Iniesta se ha entonado un poco tras un comienzo de Eurocopa ciertamente discreto, que en Xabi Alonso hay un recambio de garantías para un puesto superpoblado, y que Cesc tiene que jugar, por fuerza, diez metros más atrás de lo que lo hizo ayer. También quedó como una buena noticia el estreno goleador de De la Red y Dani Güiza con la Roja; el jerezano lo necesitaba especialmente. En el horizonte, Italia.

Del otro lado, los griegos han logrado la triste marca de ser el único anfitrión que se marcha a casa vacío de puntos en la defensa del título. Anoche hicieron probablemente su mejor partido de la Eurocopa –lo cual no es decir mucho- pero acabaron claudicando ante la superioridad técnica del equipo español. Al menos, para la nostalgia quedó el gol de Charisteas tras saque de falta, un calco de los zarpazos que llevaron a los helenos al título hace cuatro años. Pero es que como dice Rehhagel, los milagros se producen cada mucho tiempo, si no no serían milagros.

En el otro partido del grupo, entretanto, se pudo presenciar un baño en toda regla de Rusia a los suecos. Lanzados desde el primer minuto a por la victoria –el empate no les valía- y llegando en punzantes combinaciones rápidas y verticales, los pupilos de Hiddink desarbolaron a los pesados centrales suecos, cobraron ventaja bastante pronto, y en ningún momento se vieron en demasiados problemas para defenderla. Extraordinario Arshavin en su debut en la Eurocopa, muy bien Pavlyuchenko como hombre boya, e intrascendente Ibrahimovic, probablemente lastrado por los problemas que padece en la rodilla. Rusia ha crecido a lo largo del campeonato, y será el sábado un rival de cuidado para Holanda, mientras que Suecia se marcha a casa con el triste sambenito de “son Zlatan y diez más”; uno de ellos, Larsson, quizá merecía una despedida mejor, aunque bien mirado, ya la tuvo.