19 jun 2008

El paragua no se abre


Ni siquiera vestigios de aquél que fusiló a Brasil en el Defensores del Chaco. Paraguay se olvidó el traje de lujo en Asunción y jugó menos que con overol ante Bolivia. Así, sufrió hasta la médula la altura de La Paz y terminó mordiendo el polvo ante un rival que llegaba cola, sin triunfos ni expectativa de su gente en la guantera. Y fue goleada, para peor. Porque los del Tata no sólo no respondieron desde lo físico sino que anduvieron dormidos, cometieron errores serios y borronearon la imagen que hasta aquí traía la selección guaraní.

Es verdad, hubo varias bajas, como Darío Verón, Caniza y Santana, por ejemplo. Pero la ausencia más notoria para los visitantes fue la de Justo Villar, quien se quedó afuera por una contractura y le dejó el arco a Bobadilla. No fue un cambio más. El ex Boca transmitió muchísima inseguridad en las pelotas picantes y tuvo participación directa en dos de los cuatro goles: el segundo y el tercero. A su vez, reaccionó tarde en los otros. Ojo, tampoco hay que caerle sólo al uno. Lo colectivo de Paraguay fue pobre. No hubo asociación en el medio, Cardozo no pareció el mismo que alguna vez usó la Newell's, el físico de Cabañas se hizo sentir con el correr del tiempo y los desbordes por las puntas, sobre todo de Morel, dejaron apenas algo sobre el final del juego.

Bolivia sí que hizo las cosas bien. Basado en un ataque combinado y veloz, fue hundiendo contra su arco al rival. Usó un 4-4-2 pero con presencia masiva de los laterales en el medio. Así, Gatti Ribeiro trepó una y otra vez por la derecha. Y en una de ésas, asistió con jerarquía a Botero para que éste le metiera una emboquillada hermosa a Bobadilla. Y como el que pega primero pega dos veces, al toque llegó un zapatazo de Ronald García que picó en el área y complicó al arquero, que para colmo fue tapado por un improductivo cruce de Julio Cáceres.

El 2-0 parecía irremontable porque Paraguay no daba señales de vida. Martino se la jugó con Zeballos, un punta, por Vera (volante), pero el problema no era ése. El equipo recién hizo algo de pie cuando entraron Santa Cruz y Haedo Valdez. Pero no alcanzó. Bolivia no se preocupó por el 1-2 y otra vez vacunó con ayuda de Bobadilla, quien dio rebote ante un bombazo de Ronald Gutiérrez para que Botero definiera. Ya estaba, aunque después hubo más goles. Martins metió el cuarto y sepultó a un equipo que llegó con todas las luces y se retiró en penumbras.