No es tan bueno como Messi, como dice el presidente de la Lazio, porque no lo es y porque en definitiva son dos jugadores que no tienen nada que ver. Pero sí es un aspirante a crack con todas las de la ley. Mauro Zárate es un auténtico nueve que en esta campaña quiere terminar de hacerse un nombre en Europa. Hay algunos que no dudamos de que lo va a conseguir, siempre y cuando no le pierda su carácter.
Zárate fichó este verano por la Lazio, lugar ideal para que su carrera comience a despegar después del parón que experimentó tras fichar sorprendentemente por el Al Sadd, dejándose seducir por los petrodólares, a pesar de que su crecimiento deportivo iba a sufrir con total seguridad un frenazo en seco. El año pasado consiguió reconducir su devenir, yéndose cedido al Birminham y aunque no logró evitar el descenso de su equipo sí firmó un digno papel marcando cuatro goles en seis choques como titular y ocho de suplentes. Por eso la Lazio se decidió a ficharle este pasado verano, convirtiéndolo en su jugador bandera. Y el chaval, que sorprendentemente se quedó fuera de la lista del Checho Batista para las Olimpiadas, ha comenzado arrasando.
Con el diez a la espalda, este joven delantero de 21 años, que sin embargo ya tiene casi cien partidos a sus espaldas entre Argentina e Inglaterra, demostró su carácter ganador el pasado fin de semana, firmando un doblete en su debut. La Lazio visitaba al Cagliari y no se le puso muy bien el choque a los romanos, pues los locales se adelantaron 1-0. Pero entonces apareció Mauro. Primero, a orden del entrenador Delio Rossi, ejecutó magistralmente un penalti y nueve minutos después dio la vuelta al choque con un remate lleno de clase dentro del área. La Lazio se creció y con uno más acabó goleando a su rival por 1-4… La victoria fue importante pero lo mejor fue contemplar como para los seguidores laziales ha nacido un nuevo ídolo, un referente, un ambicioso argentino con todo un mundo por delante.
Zárate ya ha confesado en varias entrevistas que en Italia lo tiene todo para triunfar. Es un fútbol parecido al argentino, seguramente más rápido, hecho que no supone un hándicap dadas sus características, que combinan velocidad, técnica y una pasmosa facilidad para definir en los metros finales. Pero por ejemplo, a diferencia de en Inglaterra, en el país transalpino se ha encontrado unas defensas menos agresivas, condición que sin duda le va a beneficiar.
En la Lazio ya sueñan con que Mauro Zárate, que ahora vive un momento de felicidad pleno, después de haberlo pasado muy mal con su fichaje por el Al Sadd, del que él mismo acabó lamentándose. El único enemigo de Zárate es él mismo, su individualismo. Si Zárate se deja aconsejar y aprende a jugar en equipo, si actúa con humildad y no se deja llevar por la soberbia que en ocasiones exhibía en Vélez, este futbolista puede ser uno de los hombres del año en el Calcio. Por lo pronto, ante el Cagliari se le vio muy colaborador con el resto de sus compañeros, presionando la salida del cuero rival con mucho ahínco. Buena señal, muy buena señal.
