24 jul 2008

¿De qué lado estás Leo?


Sueño con ganar el oro olímpico". La que pasó fue la noche más larga de las 173 que transcurrieron desde que Lionel Messi le expresó su deseo dorado. El anhelo persiste pero la situación es bien distinta, más que conflictiva a este punto. Ayer era el día marcado para que Leo se subiera al avión que lo llevaría de Barcelona a Tokio y, sin embargo, está previsto que hoy salga a la cancha con la camiseta blaugrana, en el primer amistoso de la pretemporada en Escocia. De no mediar una contraorden, entonces, el Pulga será titular frente al Hibernian (TyC Sports a las 15.30 en directo), justo el mismo día en que debía comenzar a entrenarse con el Sub 23 del Checho Batista, según la fecha límite estipulada por FIFA. Ante esto, rápidamente desde la AFA salió un fax hacia la máxima entidad pidiendo que intervenga en este caso en particular y no en general, como lo había hecho hace dos semanas. Y desde Suiza ayer se reiteró, con un comunicado de Joseph Blatter: "La liberación de jugadores menores de 23 años siempre ha sido obligatoria para todos los clubes. Y este mismo principio se aplica para Pekín 2008". Lionel, vale aclararlo, tiene 21 años. Hasta ahora, la postura del jugador fue mantenerse al margen de las rispideces, "decide el club", quizá confiado de que el Barcelona le haría un guiño a su sueño. Bueno, como aún no llegó, el rosarino ya no está tan calmo y se va impacientando a medida que los tiempos se acortan. Nunca quiso quedar en el medio de este entuerto, es evidente, pero su figura ya se ubica en una situación incómoda y el panorama empieza a exigir la palabra de Messi.

En definitiva, saber de qué lado está, que abandone esa actitud pasiva y que actúe de acuerdo a lo que dice su corazón, que es estar en Pekín. Jugársela por la Selección, un gesto que también reclaman desde la AFA. El Barsa se planteó públicamente llevar las negociaciones hasta el final, y a esa instancia hemos llegado, amparado en que no considera como un ultimátum ni como nada lo dicho por Blatter, ya que los Juegos Olímpicos no forman parte del calendario FIFA. Además, reforzó su posición a partir del apoyo que recibió desde la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y la Asociación Europea de Clubes (ECA), que aprovechan lo mediático del caso para que en un futuro los clubes obtengan algún beneficio económico cuando ceden a sus jugadores a las selecciones. Hoy será un día clave en el Messigate porque el club catalán se pronunciará a través de un comunicado oficial en el cual buscará un punto de consenso. Léase, tener al argentino para al menos la ida de la tercera fase previa de Champions League (13 de agosto; el 27 la revancha) y después liberarlo para que esté con la Selección a partir de los cuartos de final de los Juegos (son todos el 16). A esta movida ya le bajaron el pulgar el Checho Batista y Julio Grondona. "¿Quién me asegura que nos vamos a clasificar para los cuartos de final?", refutó el número uno de la AFA. Otra posibilidad, un tanto drástica y poco viable, sería que el Barsa elija que Messi se quede inhabilitado para jugar, aunque con la tranquilidad de que terminará la pretemporada (no lo hace desde 2004) y no expondrá su físico a la alta competencia. "Estamos a la expectativa de lo que diga el club.
Y veremos si aceptamos o no"
, le confió anoche Jorge Messi, padre de Lionel, a Olé, en un claro mensaje de que ya no todo queda atado a lo que "decide el club". Entonces, llegado el caso, ¿el Pulga podría hacer lo mismo que Diego con el Werder Bremen, que se fue con Brasil sin la autorización del club? "Ese tema hay que mirarlo de reojo, no centrarse en eso.

El Werder Bremen llevó las cosas a un tribunal arbitral y hay que ver qué pasa... No es la medida a seguir", sostuvo Jorge, quien se volvió a Rosario porque se suponía que su hijo estaría en Japón: "El Barcelona sabe que Leo quiere ir a los Juegos pero está esperando que él diga si va o no. Y esto no es así, es una locura que el jugador tenga la decisión". Mientras, desde España aseguran que el Barsa no tirará más de la cuenta la soga. Quiere salir bien parado de la batalla, lo que le daría aire al discutido presidente Joan Laporta, pero al mismo tiempo no pretende que su megaestrella ande con caras largas. Ahora bien, si lo que Messi espera es que le digan "andá tranquilo" así como si nada, a esta altura ya parece difícil, por más que desde su entorno son optimistas en que el domingo viajará a Tokio, después de los dos amistosos del Culé (el otro: el sábado contra el Dundee United) y casi sin chances de afrontar el de la Selección ante Japón. Si en algún momento se pensó que la mala relación que tiene con Riquelme, capitán y 10 del Checho, podía sacarle entusiasmo al Pulga, la realidad es que su falta de confrontación corresponde a un reconocimiento hacia al club que lo cobijo desde niño y le pagó el tratamiento para ayudar a su crecimiento. Pero, justamente, ese nene ya creció y por eso el Barsa lo encumbró como el emblema futbolístico de un equipo que debe levantar cabeza. Le ofreció un contrato que lo ubica como el quinto mejor pago del mundo (12,5 millones de euros) y se sabe que usará la 10 que dejó Ronaldinho. Mimos para que el crack esté radiante, mimos que bien valen para ejercer presión pero que todavía no contemplan su verdadero sueño: el oro olímpico.