Existe un precedente de la final olímpica que se disputará el próximo sábado en Beijing (me gusta más que Pekín, aunque no niego que me provoca una sonrisa el Pequín que usa Axel Torres en su muy buena entrada sobre las semifinales de los JJOO, de los poquitos que han seguido el campeonato), fue en Atlanta 96. Aunque con grandes diferencias ahora, ya que ni de lejos se puede equiparar esta Nigeria con aquella maravilla en la que destacaba Kanu (que golazos metió en semifinales a Brasil y en la final a Argentina). Como también recuerda en su entrada Axel, el precedente más reciente, y seguramente más válido, es la final del mundial sub20 de 2005 que jugaron ambas selecciones en Holanda. Curiosamente ese fue el campeonato en el que Messi dio el salto definitivo al estrellato, y en el que Agüero dio sus primeras señales de vida a nivel internacional con sus 16 añitos. Argentina sigue siendo la favorita, lo cual le va a venir perfecto a Nigeria para jugar su partido, pero ni así es seguro que gane a unos argentinos que huelen a oro desde que formaron la selección.
No se acabó el sueño de hacer algo grande a Bélgica en los JJOO, aún les queda la opción de una medalla de bronce. Será en el partido de los derrotados, encuentro que sólo cobra sentido en esta competición. La ilusión no la han perdido, pero tarde o temprano el caso Messi con su resolución y las bajas que provocó en el equipo se terminarían notando. El resultado ha sido excesivo e injusto con aquellos que más empeño han puesto en el transcurso de esta competición. Unos belgas que aún tendrán tiempo de recuperar las fuerzas y las ganas para plantar cara a un Brasil que no pensó, por las expulsiones, que aún tienen que jugar un partido importantísimo.
Nigeria 4 – 1 Bélgica
